Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
Tú eres el Cristo —afirmó Pedro.
(Marcos 8:29)
Jesús había preguntado anteriormente lo que los demás decían sobre él.
Los discípulos fueron rápidos en responder: "Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas".
A veces es muy fácil hablar lo que otros dicen, pero es más difícil decir lo que nosotros pensamos de verdad.
Cuando Jesús le hizo la misma pregunta a los discípulos, apenas Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, respondió: "Tú eres el Cristo".
¿Qué hablamos sobre Jesús? ¿Qué decimos sobre Cristo con nuestros hechos?
Cuando confesamos verdaderamente que Jesucristo es el Señor,
Dios se revela en nosotros.
Es muy importante que nuestros hechos confirmen lo que sale por nuestra boca.
Cuando nuestra actitud apunta hacia Dios es como si estuviéramos gritando alto y claro que Jesús es el Cristo, que transforma vidas y que comenzó su obra en nosotros.
¡Jesús es el Cristo!
Lee un Evangelio del Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas o Juan).
Lee sobre lo que Jesús hizo, sus milagros, su sacrificio y su victoria sobre la muerte.
¡
Examínate!
Si recuerdas que has hecho algo que no agradó a Dios, pídele perdón.
Él es poderoso y benévolo para perdonar.
¡Ora! Dile a Jesús quién es él en tu vida.
Para orar:
¡Señor Jesús!
Tú eres el salvador de mi vida y el consumador de mi fe.
Perdóname por los momentos en que tuve actitudes que no apuntaban hacia ti.
Quiero obedecer tu palabra, andar en tus caminos y ser un instrumento en tus manos.
¡Tú eres el Cristo! Amén.
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