Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Supera la hostilidad

La Biblia nos enseña a superar la hostilidad y a cultivar el amor y la reconciliación en nuestras vidas. 

En Efesios leemos una palabra de ánimo:

Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia. 32 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
(Efesios 4:31-32)

Este versículo nos recuerda que la hostilidad, la ira y la amargura no tienen lugar en la vida de un cristiano. 

En cambio, somos llamados a ser compasivos y perdonadores, así como Dios nos perdonó a través de Jesucristo. 

Al superar la hostilidad seguimos el ejemplo de Cristo, quien nos reconcilió con Dios a pesar de nuestros pecados.

La actitud hostil puede surgir por causa de desacuerdos, diferencias de opinión e incluso por heridas del pasado. 

Sin embargo, Dios nos invita a buscar la paz y la reconciliación en lugar de guardar rencores y resentimientos. 

Esto no significa que debamos ignorar el pecado o los problemas, sino que debemos abordarlos con amor, compasión y perdón.

Cuando superamos la hostilidad y buscamos la reconciliación, reflejamos el amor de Dios por los demás. 

Esto fortalece nuestras relaciones y nos permite vivir en paz y unidad, cumpliendo así el mandamiento de Jesús de amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos.

Busquemos constantemente superar la hostilidad en nuestras vidas, confiando en el poder transformador del amor y el perdón de Dios.

Permite que el amor expulse el rencor.

Practica el perdón a diario: Perdonar como Cristo nos perdonó es esencial para superar animosidades y mantener relaciones saludables.

Comunícate con amor: aborda los conflictos y desacuerdos con compasión, buscando la reconciliación en lugar de alimentar la ira.

Cultiva la humildad: 

Reconoce tus propias faltas y muéstrate dispuesto a pedir perdón y perdonar, siguiendo el ejemplo de Cristo en Efesios 4:32.


Para orar:
Señor, ayúdame a superar la hostilidad, a vivir en el amor y a perdonar como tú me has perdonado. 

Cámbiame y llena mi corazón de compasión y del deseo de reconciliación, reflejando siempre tu amor. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...