Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). (Mateo 1:21-23)
Jesús es Emanuel, ¡Dios con nosotros! El amor de Dios por nosotros es tan grande que nos envió a su propio Hijo cumpliendo con lo que estaba en las Escrituras.
Jesús vino como un bebé, necesitando cuidados y protección. Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros para que a través de él fuésemos liberados de la condenación eterna:
"quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos." (Filipenses 2:6-7)
¡Dios se rebajó voluntariamente por amor a nosotros! Vivió como hombre en la tierra: sufrió humillaciones, decepciones y dolores, pero lo soportó todo y venció la muerte. ¡El alto precio que Jesús pagó - precio de sangre - fue por amor a ti!
Valoriza a quien te ama, ¡reconoce su amor! Él está contigo, él es Dios con nosotros.
Él está con nosotros
Aprende más sobre la historia y la vida de Jesús. Lee los Evangelios (los primeros 4 libros del Nuevo Testamento) para que conozcas mejor a Jesucristo.
Reconocer el amor de Dios es una forma de alabar. Canta, agradece a Dios por sus bondades.
Donde hay dos o más personas reunidas en su nombre, Dios estará presente. La comunión con los hermanos es una forma de estar con Dios, valórala.
Para orar:
Señor, muchas gracias por tu presencia. Tú viniste al mundo y soportaste el mundo por amor a nosotros. ¡Muchas gracias Jesús! En tu presencia encuentro consuelo y alegría. Quiero estar contigo todos los días de mi vida. Amén.
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