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Mostrando entradas de 2025

Tránslate / Traducción

Formación Pastoral (4. Tiempos)

El líder aprende a esperar su tiempo - El reloj de Dios no es el nuestro --Si nos espera unos minutos más le tramitamos la entrada al Perú—dijo el agente de inmigración en la frontera del Ecuador y Perú. Hacía un sol insoportable y a lo lejos se adivinaba el inicio del desierto de Tumbes, esa magnífica extensión de arena que muere en las márgenes del mar Pacífico. Saúl miró el reloj, miró al funcionario, nos miró a nosotros, hizo un gesto de desagrado y siguió leyendo el diario. En los titulares anunciaban un nuevo triunfo del corredor de autos colombiano Juan Pablo Montoya. Sobre una margen del diario anunciaban nuevos esfuerzos de Venezuela por conquistar el mercado petrolero internacional. Una nueva mirada al reloj de pared. Habían transcurrido veinte minutos. Unos ojos inquisitivos que recorren a los presentes, el gesto de desagrado que había hecho anteriormente y la disposición de seguir leyendo. --¡Esto es el colmo¡--vociferó:--Llevo dos horas esperando una autorización y todaví...

Refugio bajo las alas del Señor

¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! ¡Que el Señor, bajo cuyas alas has buscado refugio, te premie por esta acción tuya! (Rut 2:12) La historia de Rut nos muestra que la fidelidad y la valentía no pasan desapercibidas ante Dios. Rut era extranjera, viuda y no tenía un futuro garantizado. Sin embargo, decidió permanecer al lado de su suegra, Noemí, y confiar en el Dios de Israel. Este acto de fe y lealtad fue reconocido por Booz, y aún más por el Señor, quien transformó la vida de Rut en un testimonio de esperanza y restauración. Lo mismo ocurre con nosotros. A menudo nos sentimos desplazados, inseguros o abrumados. Sin embargo, cuando elegimos refugiarnos bajo las alas del Todopoderoso, descubrimos que él es nuestro protector, proveedor y quien nos recompensa. Lo que hacemos con fidelidad, amor y perseverancia nunca será en vano. El Señor no olvida el esfuerzo silencioso, la bondad practicada sin aplausos ni la fe cultivada en medio del dolor. Aunque nadie lo vea, Dios obs...

Eres un canal de bendición para tu prójimo

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16) ¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto que tu vida tiene en las personas que te rodean? A menudo creemos que para marcar la diferencia necesitamos hacer grandes cosas, pero la verdad es que cada acto de amor y generosidad cuenta. Una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de ayuda pueden transformar el día de alguien. Dios nos ha llamado a ser canales de bendiciones. Él nos da talentos, recursos y oportunidades para compartir con los demás. Cuando tendemos la mano a los necesitados, reflejamos el amor de Cristo y difundimos esperanza. Nuestra vida adquiere un propósito mayor cuando dejamos de mirar solo nuestras propias necesidades y empezamos a ver a los demás con compasión. Incluso en tiempos difíciles, puedes ser un instrumento de Dios. Tal vez una palabra reconfortante tuya sea justo lo que alguien necesita escuchar. Ayudar no es solo dar algo material...

Para que no olviden

¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos. (Deuteronomio 4:9) Ese es un recordatorio importante y una palabra de alerta para cada uno de nosotros: ¡NO TE OLVIDES DE DIOS! Como norma general, nuestra memoria tiende a ser selectiva: descarta las cosas menos importantes, aquellas en las que dejamos de pensar o que abandonamos. Si ignoramos a Dios a diario, si no meditamos en su Palabra, si en la práctica lo tratamos como insignificante, con certeza nuestra memoria lo irá borrando. La Biblia nos anima con frecuencia a pensar en Dios, a recordarnos de él: en las batallas de la vida (Nehemías 4:14) en las noches oscuras (Salmo 63:6) en la hora del dolor (Jonás 2:7) en los días de nuestra juventud (Eclesiastés12:1) al estar lejos del hogar (Zacarías 10:9) Nunca alejes tu corazón de todo lo que has visto y aprendido al lado del Señor. Eso será precioso cuando lle...

El agua y el aceite no se mezclan

Vivimos en un mundo donde, a menudo, la gente intenta reconciliar el pecado con la vida cristiana como si fuera posible mantener una vida piadosa mientras se entrega a prácticas que desagradan a Dios. Pero la verdad es clara e innegociable: el aceite y el agua no se mezclan. Lo mismo ocurre con la luz y la oscuridad, la santidad y el pecado. Jesús nos llamó a ser sal de la tierra y luz del mundo, a vivir una vida de santidad. El pecado puede parecer atractivo, cómodo o hasta inofensivo por un tiempo, pero siempre tiene consecuencias, separándonos del plan perfecto de Dios para nosotros. Nos paraliza espiritualmente, nos ciega y nos esclaviza, incluso cuando creemos tener el control. Pero hay esperanza. Dios no nos llama a la perfección por nuestras propias fuerzas, sino al arrepentimiento sincero. En 1 Juan 1:9 está escrito: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9) Es el amor del Padre el que nos llama ...

Oren sin cesar

Oren sin cesar. (1 Tesalonicenses 5:17) Dedica un momento de tu día a la oración. Nuestras vidas están llenas de compromisos, prisas y preocupaciones. A menudo nos sentimos cansados y abrumados. Pero la oración es el lugar donde podemos descansar, renovar nuestras fuerzas y hablar con Dios. Orar es más que hablar: es abrir nuestro corazón y reconocer que él nos cuida en cada detalle. La oración es una conversación amorosa con el Padre. Cuando nos detenemos a hablar con él, demostramos que confiamos más en Dios que en nosotros mismos. Es en ese momento que encontramos valentía para nuestros problemas, sabiduría para nuestras decisiones y consuelo cuando nuestros corazones están apesadumbrados. Aunque el día sea ajetreado, siempre hay espacio para un momento. Puede ser por la mañana, dando gracias por despertar, en medio del trabajo, pidiendo calma y guía, o por la noche, para entregarle nuestras preocupaciones a Dios antes de dormir. No necesitamos decir palabras bonitas ni largas oraci...

Orando por los hermanos

Hermanos, oren también por nosotros. 1 Tesalonicenses 5:25 No somos autosuficientes. Dependemos de Dios y necesitamos ayuda los unos de los otros. La vida cristiana es así, no podemos conquistar mucho solos. Hay momentos en los que necesitamos ayuda y ahí está la importancia de tener comunión y mantenernos cerca de los demás. Un amigo de verdad está al lado en las batallas en oración y no solamente en los tiempos de celebración. Pedir oración es un ejercicio de humildad. Es reconocer que no se conquista nada solo. Aceptar una mano extendida no nos convierte en inferiores. Recibir ayuda forma parte de la victoria, no de la derrota. Hasta el apóstol Pablo - que escribió más de la mitad del Nuevo Testamento - pedía constantemente a los hermanos que le auxiliaran en oración. Pablo sabía cuán importante era "pelear la buena batalla" juntos, tanto orando por el crecimiento espiritual de los hermanos como recibiendo la oración de la iglesia. Orar los unos por los otros mantiene el c...

Viviendo las maravillas de Dios

Grandes son las obras del SEÑOR, buscadas por todos los que se complacen en ellas. (Salmo 111:2) Vivir las maravillas de Dios es más que experimentar momentos extraordinarios. Es percibir en cada detalle de la vida cotidiana la presencia amorosa del Señor. Desde la belleza del amanecer hasta los más pequeños actos de bondad, Dios revela constantemente su grandeza. Sus obras no se limitan a milagros visibles, sino que también se manifiestan en el consuelo del dolor, en la paz en medio del caos y en la esperanza que renace cada mañana. ¿Cuántas veces ignoramos las maravillas de Dios porque esperamos lo espectacular, mientras él actúa con gentileza y propósito? La creación nos habla de su poder, el mar, las montañas, el cielo estrellado, todo anuncia la majestad del Creador. Pero las mayores maravillas de Dios son espirituales: el perdón, la gracia, el nuevo nacimiento en Cristo. La salvación, concedida por medio de Jesús, es la mayor de todas las maravillas, porque nos reconcilia con el ...

Adora a Dios en espíritu y verdad

Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (Juan 4:23) Adorar a Dios es una de las formas más hermosas de expresar nuestro amor por él. Jesús nos enseña que la verdadera adoración no depende de un lugar específico ni de rituales, sino que debe surgir del corazón, siendo “en espíritu y en verdad”. Adorar a Dios en espíritu significa que la adoración debe venir desde adentro, desde lo más profundo de nuestro ser. No es solo una forma de expresión, sino un acto que involucra el corazón, la mente y el alma. Cuando nos acercamos a Dios con sinceridad, nuestro espíritu se une al suyo y experimentamos una comunión real y transformadora. Adorar en verdad significa que nuestra adoración debe estar basada en la realidad de quién es Dios, tal como se revela en su Palabra. Dios no acepta la adoración vacía ni la adoración motivada por intereses egoístas. Él quiere que l...

Formación Pastoral (3. Transparencia)

El camino de un líder se construye paso a paso - La transparencia debe identificar al líder Imagine por un instante al más grande líder social y político de cualquier país latinoamericano. Es respetado por todos, aparece en los diarios cada día y no existe noticiero de televisión que no registre al menos una noticia acerca de su desplazamiento a barrios marginales para estrechar la mano de las gentes desfavorecidas, proponer soluciones a sus problemas e identificarse con su realidad de pobreza y desesperanza. Alrededor, sus inmediatos colaboradores lo idolatran. Los seguidores consideran que no hay ni habrá en los próximos años nadie que pueda igualar su carisma, esbozar una sonrisa confiada cuando todo alrededor amenaza con derrumbarse, y tener ideas claras acerca de cuál debe ser el destino de la nación. Alguien afirma con optimismo en la voz:--Será el próximo Presidente de la República. Tiene las capacidades para serlo...—. Así las cosas, todos coinciden en asegurar que el destino d...

Temer no es tener miedo

El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento. (Proverbios 9:10) ¡El principio de la sabiduría es el temor del Señor! La falta de respeto es un paso hacia la destrucción. Temer a Dios no es tener miedo, sino sentir respeto y celo. El respeto comienza cuando reconocemos que Dios es soberano, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Dios sabe todas las cosas, hasta lo que sucede dentro de nuestro corazón. Por eso, el temor a Dios debe ser algo genuino. La prueba de respeto más grande que podemos mostrarle a Dios es vivir en obediencia a su Palabra. Aquel que respeta de verdad, oye y guarda la Palabra de Dios en su corazón. Quien hace esto es sabio y recogerá todo lo bueno que Dios puede ofrecer. No le tengas miedo a Dios, entiende que él es amor y justicia (Salmo 9:8). Guardando la Palabra No uses la Palabra de Dios como un juego de adivinanzas, sino como el manual para la vida eterna. Ten intimidad con Dios a través de su Palabra. Léela diar...

Alaba al Señor de todo corazón

Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré, y por siempre glorificaré tu nombre. (Salmo 86:12) Dios quiere tener una relación verdadera con nosotros y esa es la razón por la que él desea que le adoremos de todo corazón. Alabar de todo corazón no es cantar en voz alta o cantar bien. Alabar de todo corazón es adorar a Dios de forma íntegra, con toda la atención concentrada en él. Dios quiere que le adoremos de verdad, de forma voluntaria y no por obligación. Cuando tomamos la iniciativa y paramos por una hora de nuestro día para dedicarnos a Dios, nuestra alabanza llega como un aroma agradable a él. Dios quiere recibir nuestra alabanza de manera espontánea y genuina. Alaba a Dios de todo corazón No midas tus esfuerzos al buscar a Dios. Él no medirá sus esfuerzos al bendecirte. Si no te sientes bien, habla con Dios y cuéntale lo que te aflige. Ten una relación sincera con Dios. Alégrate al adorar a Dios. Alabarlo robustece el alma. Para orar: Señor Dios, ¡es tan bueno alabarte...

"¿Cómo puedo estar bien con Dios?"

Respuesta: Para estar “bien” con Dios, primero debemos entender qué está “mal.” La respuesta es, el pecado. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Salmo 14:3). Nos hemos rebelado contra los mandamientos de Dios; “todos nosotros nos descarriamos como ovejas” (Isaías 53:6). La mala noticia es que la penalidad por el pecado es la muerte. “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). La buena noticia es que un Dios de amor nos ha buscado, a fin de traernos la salvación. Jesús declaró que Su propósito era “buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10), y cuando murió en la cruz, declaró cumplido este propósito con las palabras, “Consumado es” (Juan 19:30). Tener una buena relación con Dios comienza por reconocer su pecado. Luego viene una confesión humilde del pecado a Dios (Isaías 57:15) y una determinación de renunciar al pecado. “Con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10). Este arrepentimiento debe ir acompañado de fe. Específicamente, la fe en...

¡Nada nos puede separar del amor de Dios!

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? (Romanos 8:35) La respuesta: ¡Nada nos apartará del amor de Dios! Puede que nos olvidemos de él algún día, pero Dios nunca se olvidará de nosotros. Su amor no tiene fin y alcanza tanto al agradecido como al ingrato a través de su misericordia. Cuando somos conscientes de este amor, todo en la vida cobra sentido. Hasta podemos ver las tribulaciones, las persecuciones y las luchas de otra manera. Fuimos creados para engrandecer a Dios a través de nuestra vida. Todas las cosas que nos suceden - sean buenas o malas - continúan bajo esta misma orden: ¡que Dios sea glorificado! Al final «todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados conforme a su propósito» (Romanos 8:28). Cuando Dios entregó a su hijo Jesús, él mostró su amor por nosotros. No lo olvides, eres hijo amado de Dios. Él te ama y nada te separará...

¡Despierta la alabanza!

Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra; adoren al Señor con regocijo. Preséntense ante él con cánticos de júbilo. Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo, ovejas de su prado. (Salmo 100:1-3) ¡Dios es digno de alabanza en todo momento! Alabar a Dios no es simplemente cantar, sino admirar, tener el corazón rebosante de gratitud y conmovido por la bondad del Señor.  Esto implica decir cosas buenas («bendecir»), hablar con sinceridad sobre lo que se siente por Dios, reconociendo la bondad y el señorío de Jesucristo. La alabanza no es la consecuencia de una vida estable y sin problemas, sino la respuesta de un corazón que ama a Dios a pesar de las dificultades.  Si todavía no tienes el hábito de alabar a Dios en todo tiempo, ¡despierta! Formas parte de su pueblo y él cuida de ti. Reflexiona sobre eso y responde de corazón poniendo en práctica la actitud de alabar. Despierta tu corazón para alaba...

Confianza falsa

Así dice el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor! (Jeremías 17:5) ¿En quién has confiado? Esta es una pregunta clave para todos los que desean vivir por fe en Dios. Infelizmente, somos excelentes sustituyendo nuestra confianza sincera en el Señor por lo que está delante de nuestros ojos, las cosas materiales, nuestra propia fuerza o la de otros. Cuando ponemos nuestra fe en cualquier cosa o persona que no sea Dios, estamos adoptando una confianza falsa y apartándonos del Señor. El versículo de hoy nos alerta sobre esa fe fingida que deposita su confianza en los humanos o en los recursos de este mundo y que se distancia de Dios. Es una tendencia natural de la humanidad caída, separarse del Señor buscando respuestas en los ídolos humanos. Pero cada cristiano necesita tener a Jesucristo como el único objeto de su fe. Él es la verdadera esperanza, el autor y consumador de nuestra fe. Solamente en Dios ...

¿Cual perspectiva vives? En tu Matrimonio...

Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Cantares 8:7 Puede de que parezca algo chistoso, lo descrito arriba; pero esta realidad es vivida por muchos matrimonios en el mundo. Cuando decidimos entregar nuestra relación y matrimonio en manos de Dios podemos estar seguros que su precioso amor reinará en nosotros; nuestra mente y corazón serán llenos de sabiduría y amor día a día para soportar las pruebas y salir airosos de las dificultades. 1 Pedro 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a co-herederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. La mujer debe ser tratada como vaso ‘más frágil’ tomemos en cuenta que dice vaso ‘más frágil’; es decir, que el hombre es también vaso frágil, el tambien puede ser herido y lastimado. Es necesario que el amor, la ternura y la compresión sean recíprocas y que la comunicación permita crear una relación solida y f...

Lecciones sobre la oración

Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto les digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará. Y al orar, no usen vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. (Mateo 6:5-7) Todos conocemos la oración del Padre nuestro.  Jesús nos enseñó esa maravillosa oración, pero antes de eso, él dio algunas instrucciones muy importantes.  Son 2 cosas que debemos evitar al orar: La hipocresía - «no sean como los hipócritas...» (Mateo 6:5-6) Las vanas repeticiones - «no usen vanas repeticiones...» (Mateo 6:7-8) Esto significa que debemos ser sinceros y auténticos cuando hablamos con Dios. Él sabe todas las cosas.  No necesitamos intentar impresionarlo con lo que oramos, no a él ni a los demás. Dio...

Formación Pastoral (2. Llamamiento)

Capítulo 2 El llamamiento y la renuncia en la vida del líder - El líder ante un momento crucial La noche cayó con una sorprendente rapidez. Su esposa se encontraba unos metros más allá. Dormía. El no podía conciliar el sueño. Hacía calor. Sudaba. Hubiera querido beberse otro vaso con agua fría, pero asumió que lo mejor era salir por un rato de la estancia y dejarse arrullar por la brisa que—cerca de la medianoche—golpeaba con fuerza sobre el caserío. --¿A dónde vas?—preguntó la mujer. --Afuera, no tardo—respondió él mientras cruzaba el umbral de la puerta. El cielo lucía hermoso, tachonado de estrellas que se perdían en el infinito. Alrededor, las gentes dormían. Estaban ajenos a su realidad. El no hacía otra cosa que pensar. La vida le había sonreído. Tenía el reconocimiento de sus coterráneos, gozaba de solidez económica, de un hogar apacible, de una familia que le amaba y de vastas extensiones de tierra que se perdían en el horizonte. --Definitivamente la vida me ha sonreído...—musi...

Dios sea el motivo de tu alabanza

Él es el motivo de su alabanza; él es su Dios, el que hizo en su favor las grandes y asombrosas maravillas que ustedes mismos presenciaron. (Deuteronomio 10:21) Nuestra alabanza tiene un destinatario claro: Dios. Alabar a Dios no se trata solo de cantar canciones o decir palabras hermosas, sino de reconocer con el corazón quién es él y lo que ya ha hecho. Al escuchar las palabras de ese versículo, el pueblo de Israel recordó las maravillas que Dios había realizado al liberarlos de Egipto, ayudarlos a cruzar el Mar Rojo y al sostenerlos en el desierto. Habían visto milagros con sus propios ojos: no eran historias lejanas, sino experiencias reales. Dios sigue siendo digno de toda nuestra alabanza hoy. Puede que no hayas cruzado un mar abierto, pero sin duda él te ha sostenido en tiempos de escasez, consolado en días de tristeza y protegido cuando todo parecía amenazante. Las grandes y asombrosas maravillas de Dios también se revelan en cosas que a menudo llamamos "pequeñas": el...

Vivir en familia

Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa. Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto. (Salmo 68:5-6) ¿Alguna vez has vivido lejos de tu familia? Si es así, entonces sabes bien cómo se siente estar alejado de aquellos que amamos. Sea por motivo de una mudanza pasajera debido al trabajo o a los estudios, o por una condición definitiva de pérdida por separación o muerte, es muy difícil estar lejos de casa. Sentimos que estamos solos y desamparados frente a la vida. Si esa es tu condición hoy, no estés triste:  ¡Dios conoce tu dolor y él cuida de ti! El Señor hace que el solitario viva en familia. Aun si has perdido a tus padres, a tu cónyuge, a tus hermanos o a tus hijos, si crees en el Señor y en su Palabra, jamás estarás solo. El Padre celestial nunca te abandonará. Además de contar con su preciosa presencia, él añade personas especiales a tu alrededor para que recibas ben...

Formación Pastoral (1. Imagen)

Ser líder no es fácil... pero no imposible Nos vendieron una imagen equivocada de los líderes... Nos engañaron... definitivamente nos engañaron... ¿La razón? La sociedad que nos rodea nos vendió a través de todos los medios –impresos y audiovisuales-- una imagen estereotipada de los líderes... Los presentan como los protagonistas de alguna película en la que jamás les ocurre nada y siempre, al final de la historia, aparecen sonrientes en la pantalla mientras que a lo lejos se aprecia el sol muriendo entre las montañas. Inmediatamente después aparecen los créditos de los realizadores del filme y quedamos con la íntima sensación de que no estamos refiriéndonos a seres comunes sino a una especie de súper-hombres y súper-mujeres que jamás cometen errores, a quienes todo les sale a pedir de boca, que superan con facilidad cualquier obstáculo, que no se desesperan a pesar de las circunstancias adversas, y si llegan a sufrir algún ataque que los derriba, se levantan airosos limpiándose el pol...