Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. (Isaías 33:2)
Isaías 33:2 nos recuerda que Dios es nuestra fuente de misericordia, fortaleza y salvación, especialmente en tiempos difíciles. Cuando enfrentamos desafíos, incertidumbres o situaciones que parecen más de lo que podemos manejar, podemos acudir a él con confianza, sabiendo que su ayuda siempre está disponible.
“Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado". Esta frase refleja un corazón humilde que reconoce la dependencia de Dios. Dios no nos pide que enfrentemos los desafíos solos. En cambio, nos invita a entregarle nuestras luchas, confiando en que su gracia nos sostendrá.
“Tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación”. Cada nuevo día trae sus propias batallas, pero también nuevas misericordias de Dios. Podemos comenzar el día con la certeza de que él es nuestra fuente de energía, y nos ayudará a afrontar cualquier cosa que se nos presente.
En tiempos de peligro, Dios es nuestra salvación. Esto no solo significa protección física, sino también paz en medio de la tormenta. Él es nuestro refugio seguro, quien nos guarda y guía.
Por lo tanto, confía en Dios hoy y todos los días. Él nunca falla. Abre tu corazón, pide su ayuda y permítele ser tu fortaleza y salvación. Él está siempre dispuesto a responder a quienes le esperan.
Confía en Dios
Ora sinceramente: comienza el día pidiendo misericordia y fortaleza, reconociendo tu dependencia de Dios en todos los ámbitos de la vida.
Confía en las promesas de Dios: recuerda diariamente que Dios es tu fortaleza y salvación, incluso en tiempos de incertidumbre y desafíos inesperados.
Da gracias por cada victoria: reconoce las pequeñas y grandes bendiciones al final del día, renovando tu confianza en la fidelidad de Dios.
Para orar:
Señor, en ti pongo mi confianza. Dame fuerzas cada mañana y misericordia en mis desafíos. Guárdame en las dificultades, guía mis pasos con amor y protección. Ayúdame a vivir con gratitud, esperanza y fe, sabiendo que tú estás conmigo. Amén.
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