
No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
En un mundo que nos empuja constantemente hacia modelos pasajeros, donde los valores se confunden y las verdades se diluyen, el llamado de Dios es claro: ¡no te ajustes a este mundo!
No aceptes los estándares impuestos por una sociedad que a menudo va en contra de una vida plena. En cambio, renueva tu mente. Transforma tu manera de pensar, de sentir y actuar.
Esta renovación no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso diario, una entrega continua, una búsqueda constante de una mente alineada con el corazón de Dios. Cuando dejamos de seguir los valores del mundo y nos volvemos a la sabiduría divina, comenzamos a ver con nuevos ojos, los ojos de la fe. La vida deja de ser solo una secuencia de obligaciones y se convierte en un viaje con propósito.
La buena, perfecta y agradable voluntad de Dios no es solo un destino futuro: es un estilo de vida. Es saber que, incluso en medio de las dificultades, recorremos un camino que no depende de las circunstancias y que la esperanza en Dios no falla.
Permítete ser transformado. Deja que el Espíritu Santo renueve tu ser interior y te revele los planes que Dios ha diseñado con amor para ti. No se trata de perder tu identidad, sino de descubrir tu verdadera esencia.
Hoy, elige vivir no según el mundo, sino según la voluntad de aquel que te conoce profundamente y quiere guiarte a experimentar lo mejor: lo bueno, lo perfecto y lo agradable.
Experimentando lo mejor de Dios cada día
Aliméntate de la Palabra de Dios: dedica tiempo a leer la Biblia, meditar en las promesas de Dios y permitir que su verdad moldee tus pensamientos, actitudes y decisiones con sabiduría y fe.
Evalúa tus influencias: reflexiona sobre lo que consumes: medios de comunicación, amistades, hábitos. Pregúntate si esto te acerca o te aleja de la voluntad de Dios y haz ajustes con valentía.
Ora por discernimiento: busca la guía de Dios en oración. Pide sensibilidad para reconocer su voluntad en cada área de tu vida y la fuerza para obedecer, incluso cuando sea difícil.
Para orar:
Señor, renueva mi mente y mi corazón. Ayúdame a no conformarme a este mundo, sino a vivir conforme a tu voluntad, que es buena, perfecta y agradable. Guía mis pasos y transforma mi ser. Amén.
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