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Tránslate / Traducción

Un libro diferente a todos los demás

Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17)

¡La Biblia es un libro maravilloso! Con una riqueza de géneros y estilos literarios, Dios usó la versatilidad humana para revelarse y transcribir lo divino a los seres humanos. Escrita en diferentes idiomas por diferentes autores y en épocas diferentes, la Biblia testifica en su unidad sobre el Salvador de la humanidad, el Señor Jesucristo. Da testimonio también de que es la palabra inspirada por Dios como instrumento para darse a conocer al mundo.

Felizmente, en nuestro país todos podemos tener acceso y usar la Biblia para nuestra instrucción y crecimiento en la fe en Cristo. Ella, más que cualquier experiencia o inspiración personal, es el instrumento por el cual las personas pueden llegar al conocimiento de la Verdad que transforma y libera. ¡Aprovecha ese regalo maravilloso que el propio Dios preparó para ti!

Aprópiate del Libro sagrado: 
Si todavía no tienes una, adquiere una Biblia. Puedes también acceder a ella en diferentes formatos digitales (online, en audio, con diversas aplicaciones, etc.).
Cuidado con las enseñanzas distorsionadas o fuera de contexto que presentan algunas sectas e iglesias.
Ora y pide al Señor que traiga su luz a los pasajes y temas que todavía no entiendes.
Dedica parte de tu día para leer, meditar y hacer un devocional. ¡Verás una gran diferencia en tu vida!
Separa momentos para conocer más la Biblia con estudios más profundos de textos o de historias bíblicas.

Además de leer y estudiar por ti mismo, busca aprender las verdades bíblicas junto con hermanos en Cristo a través de sermones, de estudios o en escuelas bíblicas.

No rechaces las reprensiones o los desafíos que la Palabra de Dios te presenta.
Busca practicar la Palabra de Dios, no solamente oírla, leerla y aprenderla. ¡Ponla en práctica!

Para orar:
Señor, muchas gracias por tu Palabra que es luz para mi vida. Ayúdame a alimentarme constantemente de ella para que yo pueda conocerte más y mejor. Enséñame a crecer y a conocer tus propósitos y planes todos los días. En el nombre de Jesús, amén.

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NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...