
Al surgir las primeras luces de la mañana, se nos llama a reconocer la bondad y protección del Señor en nuestras vidas. Inspirándonos en el versículo de Números 6:24-26, recordemos que cada nuevo día es una oportunidad para recibir la gracia y la paz que Dios nos ofrece generosamente.
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
(Números 6:24-26)
«El SEÑOR te bendiga y te guarde»: Que al despertar sientas la presencia del Señor como un escudo protector a tu alrededor. Que cada paso que des sea guiado por su mano amorosa, y su cuidado constante te rodee, ahuyentando el miedo y la incertidumbre.
«El SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia»: Imagina el rostro del Señor brillando sobre ti, iluminando tu camino con esperanza y alegría. Su gracia, un regalo inmerecido, se renueva cada mañana, permitiéndote vivir con un corazón agradecido, confiado en sus promesas.
«El SEÑOR alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz»: En momentos de agitación y turbulencias, busca la paz que solo Dios puede ofrecer. Cuando el Señor vuelve su rostro hacia ti, sientes una tranquilidad que trasciende el entendimiento humano. Es una paz que calma el corazón y te da fuerzas para afrontar los desafíos del día con serenidad.
Que en este día sientas la bendición, la gracia y la paz del Señor. Que tu corazón esté siempre abierto para reconocer la luz de Dios que brilla sobre ti, guiando y custodiando cada momento de tu caminar.
Ten un buen día, iluminado por la presencia del Señor
Comienza el día en oración: Da gracias a Dios por sus bendiciones diarias.
Medita en las Escrituras: lee un versículo de la Biblia como inspiración para tu día.
Practica la bondad: actúa con amor y bondad en tus interacciones.
Para orar:
Señor, te doy gracias por este nuevo día. Permite que tu luz brille sobre mí, guiando mis pasos y decisiones. Concédeme sabiduría, paciencia y amor para afrontar los desafíos. Ayúdame a ser un instrumento de tu paz y gracia, esparciendo bondad dondequiera que voy. En el nombre de Jesús, amén.
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