Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Todo saldrá bien


Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. (1 Juan 4:4)

Hay momentos en los que parece ser que olvidamos a quien tenemos de nuestra parte. Perdemos la sensibilidad, nos sentimos desubicados y las cosas no parecen salir bien. Esto pasa cuando nos alejamos del Señor. Nos da la impresión de que no avanzamos, nos sentimos estancados, detenidos en el tiempo.

La mejor solución para romper este ciclo que nos inmoviliza es regresar a los brazos del Señor. Dios ya nos concedió la victoria pues somos sus hijos. Y cuando estamos en él, somos más grandes que los problemas que intentan frenarnos. Cristo venció el mundo y con él vencemos.

Lo que puede parecer una derrota, con Cristo es la oportunidad para un grande mover en nuestra vida. Pon a Dios en el centro de tus planes y confía en su palabra. Fortalece tu fe, ten comunión con él y verás cómo Dios te concede la victoria. Si Dios obra, ¿quién lo impedirá? Todo saldrá bien en el nombre de Jesús.

Con Dios todo sale bien

Si estás alejado de los caminos del Señor, pide perdón y acércate a Dios. Ahora es el mejor momento para recomenzar. Nuestro Dios es misericordioso.

Deposita tu fe en Dios. En medio de las dificultades, pon a Dios por encima de los problemas. No hay nada que él no pueda resolver. Nuestro Dios es poderoso.

Agradece a Dios por todo, hasta por los problemas. Las dificultades nos ofrecen una oportunidad para crecer en la fe y en la gracia. De esta forma él nos bendecirá todavía más. Nuestro Dios es soberano.

Para orar:

Señor Dios, quiero darte las gracias y pedir que me guíes. Quiero estar cerca de ti y andar siempre contigo. Tú venciste al mundo y contigo soy más que vencedor. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...