Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

El verdadero éxito en la vida cristiana

Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. (Josué 1:8)

Todos quieren tener vidas exitosas. 

Sin embargo, el verdadero éxito en la vida cristiana consiste en vivir en el centro de la voluntad de Dios. 

Cuando vivimos conforme a la voluntad de Dios, logramos tener éxito.

Josué recibió la exhortación de meditar de día y de noche en la Palabra de Dios para poder vivir según la voluntad de Dios y, consecuentemente, tener éxito.

Si deseamos tener éxito en la vida, necesitamos vivir conforme a la voluntad de Dios. 

Para vivir conforme a la voluntad de Dios, debemos meditar en su Palabra de día y de noche.

Medita en la Palabra de Dios.

Asume el compromiso con Dios de leer y meditar en su Palabra diariamente.
Escoge un horario y un lugar donde puedas estar a solas con Dios y con su Palabra.

Esfuérzate en vivir conforme a los principios de la Palabra de Dios.


Para orar
Señor, ayúdame a meditar en tu Palabra diariamente y a vivir conforme a tu voluntad para mi vida. 

Que todas las decisiones que yo tome en mi vida, sean conforme a tu voluntad. 

Solo así sé que tendré verdadero éxito. 

En el nombre de Jesús, amén.

Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
(Proverbios 16:3)

Todo lo que hacemos debemos ponerlo en las manos de Dios. 

Tenemos que reconocer que dependemos de él porque él nos creó y sabe lo que es mejor para nosotros. 

Debemos sacar tiempo para escuchar la voz de Dios y permitirle que guíe nuestros pasos. 

De esa forma nuestros proyectos se harán una realidad y saldrán adelante porque estarán alineados con su voluntad.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...