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Tránslate / Traducción

Dios no te creó por casualidad

Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11)

El versículo en Jeremías 29:11 nos revela el corazón amoroso de Dios y su profundo propósito para cada uno de nosotros. Dios no nos creó por casualidad, sino con un plan específico. 

Él nos conoce íntimamente y sabe exactamente qué es lo mejor para nosotros. El propósito de Dios para nuestras vidas es un plan de prosperidad, no solo material, sino también espiritual y emocional. 

Él quiere que tengamos una vida plena y abundante, llena de alegría y paz, sin importar las circunstancias que nos rodean.  Dios no quiere causarnos daño, sino guiarnos hacia su voluntad, que es perfecta y buena.

Dios también nos promete esperanza y un futuro. 

Él nos da la promesa de un mañana lleno de posibilidades y oportunidades donde podremos crecer en nuestra fe y llegar a ser más como él.  Nos invita a confiar en su guía y sabiduría, sabiendo que él tiene el mejor camino para nosotros.

A veces podemos sentir que estamos perdidos o que enfrentamos desafíos insuperables, pero podemos encontrar consuelo y seguridad sabiendo que Dios tiene el control. 

Él siempre está obrando en nuestras vidas, incluso cuando no entendemos sus planes. Cree: confía en los planes de Dios y sigue su propósito. Mantente en oración constante: busca la guía divina a través de la oración diaria para comprender y seguir los planes de Dios.

Estudia la Palabra: explora la Biblia con regularidad para que aprendas los principios de Dios y los apliques a tu vida. Confía en la providencia: cree que Dios tiene el control, incluso cuando las circunstancias parezcan desafiantes.

Para orar:

Señor Dios, sé que tus planes son más grandes que los míos, por eso quiero poner mi vida en tus manos.  Guíame según tu Palabra y según tu propósito.  En el nombre de Jesús, amén.

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Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve. (Lucas 22:27)  El más importante entre ustedes será siervo de los demás. (Mateo 23:11)  ¿Qué prefieres: servir o ser servido? Probablemente, muchos contestaríamos que nos gustaría ser servidos. Tal vez estemos cansados de las muchas tareas diarias y deseosos de tener un momento de relax en el que otra persona nos sirva mientras descansamos. Sí, está bien recibir cosas buenas, pero no es bueno que nos enfoquemos en eso. El problema real reside en que lleguemos a considerar a Dios como un recadero que debe estar siempre listo para traer lo que solicitamos...  Alguien dijo una vez que «quien no vive para servir no sirve para vivir». El hecho es que servir es un acto de dar. Con las actividades diarias, durante nuestro trabajo, con actitudes de gentileza y con buenas acciones, servimos y somos servidos.  ...

Eres heredero del Rey de reyes

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