Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, 16 aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. (Efesios 5:15-16)
En estos cortos versículos encontramos dos preciosos consejos: ¡vive sabiamente y aprovecha tu tiempo! En el primer punto se nos advierte sobre la necesidad de obtener sabiduría, es decir, prudencia o diligencia, y esta viene de Dios para nosotros. Es el Señor quien nos ayuda a desarrollar inteligencias múltiples con sabiduría, y con la capacidad de hacer conexiones creativas para crecer y servir en amor.
La segunda recomendación está directamente relacionada con el tiempo. Esto se refiere a cada oportunidad que surge en la vida. Lamentablemente, perdemos mucho tiempo sin aportar ningún beneficio a nosotros mismos, a los demás y, sobre todo, al reino de Dios.
Algunas traducciones bíblicas del versículo 16 contienen la expresión «redimir el tiempo». Esta se refiere a la necesidad de «redimir», o «volver a comprar» el tiempo perdido. Así como Jesús hizo con nosotros, nosotros también debemos pagar el precio para liberar nuestro tiempo de los poderes malignos que están esclavizando al mundo. ¡Busca ahora mismo la sabiduría de Dios para administrar tu tiempo!
Redime tu tiempo con diligencia
Lee Santiago 1:5, 3:17 y Eclesiastés 3:1-7.
Reflexiona y evalúa cómo y dónde «pierdes» más tiempo en tu día. ¡Toma nota y ten cuidado!
¡No pierdas el tiempo en cosas triviales!
Rescata el tiempo perdido frente a pantallas, en las redes sociales y con otras distracciones sin sentido.
Haz algo útil para Dios y la sociedad. Estudia, trabaja, aprende un idioma nuevo, toca un instrumento, aprende un oficio, haz voluntariado, involúcrate en la obra de Dios, ¡sigue adelante!
Reprográmate y sé intencional, tomando consciencia sobre dónde inviertes tu tiempo.
Para orar:
Señor Dios, ayúdame a vivir sabiamente aprovechando mejor mi tiempo. Enséñame a ser sabio como Jesús, a vivir de manera más productiva, para su gloria. Ayúdame a no perder el tiempo tan precioso en cosas sin valor. Enséñame a mirar a Jesús y aprender de él cómo aprovechar mejor el tiempo que me diste para cumplir tu voluntad. Espíritu Santo, por favor ayúdame y muéstrame cuando estoy perdiendo el tiempo en cosas que no valen la pena. Ayúdame a redimir mi tiempo para usarlo de la mejor manera, sirviéndote y agregando cosas buenas a este mundo, Padre. En el nombre de Jesús, oro. ¡Amén!
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